DRA. GIBERT

Menopáusicas con muchos sofocos: ¿debemos resignarnos?

14 mayo, 2016

Menopàusiques amb moltes calradesNo son pocas las pacientes que sufren los sofocos de la menopausia con resignación. Desgraciadamente, el tratamiento más eficaz con diferencia son las hormonas, pero las mujeres suelen temer sus efectos indeseables en forma de angina de pecho, infarto de miocardio o ictus cerebral. El ensayo clínico ELITE pretende aclarar este concepto. De hecho, se acaban de publicar parte de las conclusiones de este estudio que significa Early versus Late Postmenopausal Treatment with Estradiol, es decir, Tratamiento Precoz vs. Tardío de la Postmenopausia con Estrógenos Orales.

Se monitorizaron 643 mujeres postmenopáusicas, y se separaron en dos grupos: 6 primeros años de menopausia (menopausia reciente) y 10 o más años de menopausia (menopausia antigua). Al azar se les asignó a cada grupo o un tratamiento con hormonas o un tratamiento con placebo (productos que parecen medicamentos, pero que en realidad no lo son y, por tanto, no producen ningún efecto). A cada una de las participantes se les estudió la arteriosclerosis de las carótidas (más riesgo de ictus) y de las arterias del corazón (más riesgo de problemas de cardíacos). Después de unos 5 años de seguimiento, la aterosclerosis en las carótidas empeoró más en el grupo de mujeres de menopausia reciente que no habían recibido hormonas, mientras que el deterioro fue similar entre las mujeres con menopausia antigua, tanto si habían utilizado hormonas como si no. En cuanto a la afectación de las arterias del corazón, no se detectaron diferencias entre las menopáusicas recientes y en las de larga duración, tanto si habían utilizado hormonas como si no.

Estos hallazgos apoyan la prescripción de hormonas en las mujeres que tienen síntomas importantes de la menopausia, sobre todo si se encuentran en los primeros años del cese de la menstruación. También, se debe tener en cuenta que estos datos no apoyan el uso de hormonas durante muchos años para prevenir algunas enfermedades, ya que se deben tener en cuenta otros riesgos como trombosis venosa, piedras en la vesícula bilar o cáncer de mama.

Fuente: The New England Journal of Medicine