DRA. GIBERT

INTERVALO ENTRE GESTACIONES: ¿cuánto hay que esperar antes del próximo embarazo?

Autora: Dra. MJ Gibert.
Fecha de actualización: 1-5-21.

Por suerte, muchos embarazos son el resultado de una maternidad consciente y deseada. Y ya sabéis cómo somos las mujeres cuando se nos mete algo entre ceja y ceja: no paramos hasta que lo conseguimos. A veces, nuestra determinación no se ve recompensada con una victoria fácil. Algunas se embarazan más o menos rápidamente, pero sufren un aborto espontáneo. Otras desean tener dos o tres hijos, bien alcanzada la treintena, sin embargo, el tiempo se les echa encima y entre planificar la gestación, parir y la primera crianza han pasado casi tres años. En este contexto, siempre surgen las mismas dudas:

  • ¿Cuánto tiempo debo esperar para quedarme embarazada después de un aborto?
  • ¿Cuánto hay que demorar el próximo embarazo después de un parto vaginal? ¿Y después de una cesárea?
  • ¿Cuál es el intervalo óptimo entre embarazos para mi salud? ¿Y para la de mis futuros hijos?

Intentaremos responderos con los datos científicos disponibles, que son escasos y no de gran calidad y, en cualquier caso, pondremos siempre una buena dosis de sentido común. Para la Organización Mundial de la Salud, un intervalo corto entre un parto y la siguiente concepción es de sis meses o menos para la madre y de un año y medio o menos para el hijo. Ello se debe a que la salud de la madre puede soportar, en general, un nuevo embarazo, a partir de los seis meses de su último parto pero, si pensamos en los mejores resultados de salud del neonato, es mejor esperar 19 meses o, mejor, 24. Al contrario, un intervalo largo es aquél superior a los cinco años. Si bien es preferible que una mujer conciba antes de los cinco años después del nacimiento de su hijo más joven, los intervalos inferiores a los tres años son algo mejores. Entonces, entre el nacimiento de un hijo vivo y la concepción del siguiente, el intervalo más «saludable» va entre uno y medio y cinco años, aunque el óptimo oscila entre dos y tres años. Los intervalos cortos tienen más efectos adversos que los largos. Estos últimos se asocian a riesgos moderados de eventos obstétricos adversos (problemas de salud durante el embarazo y el parto), algunos de ellos asociados al envejecimiento de la madre, como la diabetes gestacional o la hipertensión arterial. En cuanto al parto, lo que hemos observado es que nuestros cuerpos «pierden la práctica» tras muchos años sin parir. Este fenómeno se ilustra bien en un estudio que incluyó más de 1.300 mujeres que habían concebido entre uno y medio y dos años después de su último parto, un número similar que había tardado más de cinco años en concebir y casi 16.000 mujeres que se estrenaban en sus partos. La tasa de cesáreas para las de intervalo entre uno y medio y dos años fue del 6,3%, para las que esperaron más de cinc años fue del 12,2%, mientras que para las que no habían parido nunca fue del 14,3%. En definitiva, demorar más de cinco años la concepción siguiente nos somete a un riesgo de cesárea casi del doble con respecto a las que se deciden antes. Llegados aquí, pasemos a situaciones más concretas:

  • Parto previo de un hijo a término (9 meses) o un prematuro: mejor ceñirse a los intervalos más «saludables» (1,5-5 años) y óptimos (2-3 años) ya explicados. Conviene evitar siempre los intervalos menos de sis meses, ya que éstos aumentan el riesgo de prematuridad sobre un 20% con respecto a las que se ciñen a nuestras recomendaciones.
  • Mujer de edad avanzada: se definen como aquéllas que paren a partir de los 35 años, en un sentido más estricto, o a partir de 40 años, en uno más amplio. En estos casos, recomendamos rebajar el intervalo entre el parto y la concepción siguiente a 12 meses, sobre todo si la concepción es natural pues, a partir de los 36 años, la repercusión del envejecimiento sobre la fertilidad es más acusada y hay que sopesar bien los beneficios de alargar el intervalo entre embarazos frente a la disminución de la posibilidad de conseguir un hijo. El envejecimiento materno actúa en forma de aumento de riesgo paulatino, pero siempre ascendente, de anomalías cromosómicas en el concebido (trisomías 21, 18, 13 i altres), aborto espontáneo, diabetes gestacional, hipertensión, obesidad, enfermedades crónicas, etc. Las de 40 años o más se exponen a más riesgo de prematuridad, peso bajo (50% más riesgo que las de menos de 35 años) y desprendimiento prematuro de placenta (más del doble de riesgo).
  • Después de una gestación previa conseguida mediante fecundación in vitro (FIV): se aplican las recomendaciones previas, aunque moduladas por las repercusiones negativas que pueda tener retrasar la FIV con transferencia de embriones en fresco sobre la calidad de los óvulos y la edad sobre la salud maternofetal. Reiniciar los ciclos para una fecundación in vitro menos de 6-12 meses después del nacimiento del hijo previo aumenta ligeramente los riesgos de prematuridad y bajo peso, así como disminuye, también levemente, las probabilidades de conseguir un embarazo. Al contrario, los ciclos de FIV iniciados a partir de los 18 meses no muestran riesgos adicionales. Los datos disponibles señalan como óptimos los intervalos entre el nacimiento y la FIV entre 12 y 18 meses. Estos márgenes también se aplican a las mujeres que se transfieren embriones congelados resultantes de ciclos de FIV previos. De cualquier forma, si la edad de los óvulos de la madre es determinante, siempre se puede recurrir a la criopreservación de óvulos (http://www.doctoragibert.com/reproduccio/criopreservacio-dovuls-a-dones-sanes-quan-encara-no-ha-arribat-el-moment-de-la-maternitat/?lang=es).
  • Si hemos sufrido preeclampsia (hipertensión arterial con proteínas en orina) en el embarazo anterior: independientemente de nuestros antecedentes clínicos, si nos embarazamos antes de un año o después de seis, tenemos más riesgo que si han transcurrido uno o dos años. Más demoremos la concepción siguiente, nuestro riesgo de preeclampsia aumenta de forma proporcional. Por otra parte, la posibilidad de que una gestante desarrolle preeclampsia si ha parido otros hijos sin esta complicación es del 1%, mientras que es del 15% si ha sufrido una preeclampsia en una gestación anterior y del 30% si la ha padecido en dos embarazos. Por suerte, os hacemos a todas una entrevista para conocer vuestro riesgo de preeclampsia después de la ecografía del primer trimestre y se os recomienda la prevención con aspirina según vuestro riesgo personal. En definitiva, os recomendaremos esperar entre uno y dos años exactos.
  • Nuestro último parto ha sido por cesárea: una complicación temida en los partos inmediatamente posteriores a las cesáreas es la rotura uterina durante el trabajo de parto, complicación que implica un 5% de muerte perinatal. Ello ocurre en el 2% de las mujeres con cesárea anterior si se embarazan hasta los 18 meses y baja al 1% si tardan más de 18 meses, acercándose al 3% de posibilidades si la nueva gestación se produce antes de los 6 primeros meses. Entonces, la conclusión es clara: hay que esperar al menos 18 meses después de una cesárea para acometer un nuevo embarazo y, si no pudiera ser, conviene aguardar al menos 6 meses.
  • Después de un aborto: no está establecido el lapso mínimo que pueda reducir el riesgo de que el aborto o cualquier otro acontecimiento adverso ocurra, entonces, la mujer es la que decidirá si se encuentra preparada para una nueva gestación.
  • Después de una muerte fetal (pérdida de un embarazo a partir de las 22 semanas): lo más conveniente, antes de buscar un nuevo embarazo, es estudiar bien el caso por si hubiera algún factor de riesgo de muerte fetal que se pudiera modificar o controlar mejor (tabaquismo, obesidad, diabetes…), así como esperar al resultado de la autopsia y de las pruebas genéticas si es el caso. El riesgo de que se repita la muerte fetal es algo superior a la población general, pero no se ve modificado si transcurren pocos meses hasta volver a concebir. Por consiguiente, quedarse embarazada al año o antes del año de una muerte fetal, no implica un mayor riesgo de pérdida fetal que si concebimos más tarde.

Fuentes de la información:

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  • Report of a WHO technical consultation on birth spacing: Geneva, Switzerland 13-15 June 2005.

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