Antes del parto, se acumulan los temores. Uno de ellos tiene que ver con la posibilidad de que se haga episiotomía, esto es, que se tenga que cortar la parte más inferior de la vagina, con parte de músculo y piel del periné (zona entre la vagina y el ano), para facilitar el parto de nuestro hijo.
La tendencia actual es a limitar la realización de la misma y, si se hace, se la realiza con la longitud mínima necesaria. Las indicaciones estrictas son: latido fetal anormal, canal del parto rígido que frena la salida de la cabeza de nuestro hijo, riesgo de desgarros múltiples y/o que afecten el ano, o bien por tener que usar fórceps o espátulas.
Normalmente, la episiotomía se asocia a molestias que duran unos pocos días tras el parto (al sentarse o al cicatrizar) y es más frecuente después del primer parto que tras los sucesivos. Por suerte, no se ha podido constatar que su realización por sí misma aumente el riesgo de trastornos del suelo pélvico (incontinencias urinaria y fecal, prolapso uterino). Aun con todo, siempre es mejor parir con las menos heridas posibles, lo que nos permite estar más cómodas, con menos dolor, movernos mejor y mantener el estado de ánimo y la fortaleza suficientes para atender a nuestro hijo.
La prestigiosa Colaboración Cochrane revisó estudios científicos de alta calidad (ensayos clínicos) con la finalidad de saber si el masaje perineal durante al menos las últimas 4 semanas del embarazo y una o dos veces por semana, era útil para disminuir la posibilidad de lesiones del periné. Incluyeron casi 2.500 mujeres y objetivaron que por cada 21 mujeres que se realizaban el masaje perineal digital se hacía una episiotomía menos y que por cada 15 había un desgarro menos que precisara de material de sutura, además el dolor perineal en los tres primeros meses después del parto era dos veces menos frecuente en las que practicaron el masaje que en las que no lo hicieron. Por otra parte, estos resultados beneficiosos sólo se restringían a las mujeres sin parto vaginal alguno previo (esto es, sólo son útiles para las que nunca han parido o lo han hecho sólo mediante cesárea). Ni el número de partos instrumentales (fórceps, ventosa o espátulas), ni la incontinencia de heces, gases o de orina, ni la satisfacción en las relaciones sexuales se vieron influidos por la realización o no del mencionado masaje. En resumen, el masaje perineal disminuye el dolor perineal postparto y protege moderadamente de la realización de una episiotomía o de que se produzca un desgarro que se tenga que suturar, pero sólo para las que no han parido nunca por vía vaginal.
A continuación, les describimos el masaje perineal posparto que pueden realizar ustedes mismas en casa:
Es conveniente que comenten con su ginecólogo o matrona que practican el masaje perineal, pues es una forma de hacerles saber qué tipo de parto desean.
Para concluir, le hemos seleccionado dos vídeos sobre el masaje perineal que le pueden ser útiles: el de Pharma 2.0 y el de Laboratorios Rubió.
Fuentes de la información: