DRA. GIBERT

HORMONAS: el tratamiento a largo plazo después del cáncer de mama

Autora: Dra. MJ Gibert.
Fecha de actualización: 13-6-22.

Hemos pasado la cirugía, la radioterapia, algunas la quimioterapia y muchas de nosotras tenemos que seguir con un tratamiento hormonal específico. Ello se debe a que 3/4 partes de los cánceres de mama dependen de las hormonas femeninas, por lo tanto, es bueno que éstas actúen lo menos posible. Ello se puede conseguir con dos tipos de fármacos:

  1. Los antiestrógenos: evitan que unas hormonas, los estrógenos, pasen dentro de las células.
  2. Los inhibidores de la aromatasa: disminuyen la transformación de las hormonas masculinas que podamos tener en nuestro cuerpo en femeninas.

En el primer grupo, tenemos el tamoxifeno, el más antiguo de todos.
En el segundo, están el letrozol (Femara®), el anastrozol (Arimidex®) y otro menos conocido o exemestano (Aromasín®).
En general, se empiezan a tomar una vez concluida la quimioterapia, o bien, al iniciar la radioterapia. Otras veces, se inician antes de operar a mujeres más mayores que tienen un tumor especialmente sensible a estos tratamientos o «luminal A».
La tendencia actual es a que estos tratamientos duren más de 5 años. Y mejor que sean 10 e incluso más, esto es la terapia endocrina «extendida», la que dura más de una década. Ésta se indica si la paciente tolera bien las hormonas y/o si el riesgo de recaída es alto por ser la mujer joven o el tumor agresivo.

 


La mayoría de mujeres que han padecido un cáncer de mama toman un tratamiento hormonal de mantenimiento durante 5 años o más


 

¿POR QUÉ EL TAMOXIFENO HA DADO PASO A LOS INHIBIDORES DE LA AROMATASA EN MUJERES MENOPÁUSICAS TRATADAS DE CÁNCER DE MAMA?

El tamoxifeno fue el tratamiento hormonal de referencia durante más de 30 años, puesto que en una auditoría sobre más de 10.000 mujeres se evidenció que disminuía a la mitad las recaídas en los primeros 4 años, y en una tercera parte entre el quinto y el noveno año, lo que se tradujo en una menor mortalidad asociada al cáncer de mama.

Pero todo reinado tiene su final y los ensayos clínicos ATAC, BIG1-98 y TEAM demostraron que los inhibidores eran algo mejores. Os lo explicamos: en cada uno de ellos se comparó el tamoxifeno con los inhibidores. En los grupos de mujeres que habían tomado inhibidores de la aromatasa se comprobó una supervivencia más larga sin recaída. Por ejemplo, en el BIG1-98, a los 5 años de seguimiento:

  • Si los ganglios estaban sanos: casi el 12% de las mujeres medicadas con tamoxifeno frente a casi el 10% de medicadas con letrozol tuvieron una recaída.
  • Si los ganglios estaban invadidos por tumor: casi el 26% de las mujeres medicadas con tamoxifeno frente a casi el 11% de medicadas con letrozol tuvieron una recaída.

En una compilación de ensayos clínicos, se pudo objetivar que, tras 5 años de tratamiento hormonal, la mortalidad por cáncer de mama a los 10 años de seguimiento era algo superior para el tamoxifeno que para los inhibidores, esto es, 14% frente al 12%.

 

¿QUÉ EFECTOS SECUNDARIOS PRODUCE EL TRATAMIENTO HORMONAL?

Aunque algunas mujeres los toleran muy bien, la gran mayoría nota ciertos inconvenientes que pueden ser difíciles de sobrellevar en algunos casos. Los efectos adversos más destacados son los que siguen:

  1. Sofocos: 35% para el tamoxifeno y el 30% para los inhibidores de la aromatasa.
  2. Insomnio: en una de cada seis mujeres.
  3. Ganancia de peso: un 15% para ambos tratamientos.
  4. Dolor de articulaciones: en una de cada ocho mujeres tratadas con tamoxifeno y en el doble si se toman inhibidores.
  5. Osteoporosis severa: 6% en las usuarias de los inhibidores frente a un 3% si tamoxifeno.

Y debido a que los efectos secundarios suelen ser más desfavorables para los inhibidores que para el tamoxifeno, aproximadamente la mitad de tratadas con inhibidores pide un cambio en comparación a la tercera parte de usuarias de tamoxifeno.

Otros efectos adversos que afectan a casi todas las tratadas son la disminución de la líbido, los cambios de humor, los dolores musculares y la sequedad vaginal. La alopecia, o pelo que clarea, es típica de los inhibidores, aunque también puede aparecer con el tamoxifeno.

En cambio, los trombos, las embolias y las enfermedades del endometrio (pólipos y cáncer) son típicos del tamoxifeno. Por suerte, menos del 1% de mujeres sufren un tromboembolismo atribuible al tamoxifeno y el riesgo anual de contraer un cáncer de útero es de 2 por cada 1.000 mujeres que lo toman.

 


Los dolores musculares, los cambios de humor y la disminución del deseo sexual son frecuentes si tomamos tratamiento hormonal para el cáncer de mama


 

¿QUÉ CONTROLES ESPECÍFICOS ME SOLICITARÁN?

En principio, alguna densitometría que otra para saber si padeces o no osteoporosis, y algún análisis de colesterol y triglicéridos, pues parece que los inhibidores tienen algo más de riesgo de causar problemas cardiovasculares que el tamoxifeno, aunque éste es similar a las mujeres que nunca han padecido cáncer de mama y, por tanto, no se han tratado.

 

¿PUEDO DECIDIR QUÉ TRATAMIENTO HORMONAL QUIERO SEGUIR?

Por supuesto. Tu oncólogx de confianza te dirá si te conviene o no el tratamiento hormonal y cuál es el mejor para tu caso. Una vez informada de pros y contras, puedes decidir acatar sus recomendaciones, pedir un cambio si tienes muchos efectos secundarios, o dejar de tomarlo. Según el tumor, si los ganglios estaban afectados o no y el tiempo previo de tratamiento hormonal, los riesgos que asumes al abandonarlo son distintos. No dudes en pedir ayuda a tu oncólogx para que te explique las repercusiones personalizadas.

 

¿CONVIENE COMPARTIR ESTA INFORMACIÓN CON TU ENTORNO?

Sí, es muy conveniente. El pensamiento general es que, una vez acabados los tratamientos más duros (cirugía, quimio y radioterapia), tienes unos meses de reajuste y vuelves casi a la normalidad. Y no es así, como habéis visto. Y no somos nosotras, sino los tratamientos que pueden influir sobre nuestras relaciones familiares y, sobre todo, de pareja.

 

¿QUÉ PUEDO HACER PARA MITIGAR LOS EFECTOS ADVERSOS?

Primero de todo, quererte mucho. Busca estar a gusto contigo misma y recurre a profesionales si es el caso. Controla tu peso, apúntate a gimnasia, ponte guapa, cuídate el pelo, hazte algún retoque natural si lo consideras necesario y, sobre todo, haz del espejo tu aliado. Y si tienes sofocos, hay abanicos eficacísimos, incluso medicamentos, por si te animas.

 

FUENTES DE LA INFORMACIÓN:

  • BIG 1-98 Collaborative Group, Mouridsen H, Giobbie-Hurder A, Goldhirsch A, Thürlimann B, Paridaens R, Smith I, Mauriac L, Forbes J, Price KN, Regan MM, Gelber RD, Coates AS. Letrozole therapy alone or in sequence with tamoxifen in women with breast cancer. N Engl J Med. 2009 Aug 20;361(8):766-76.
  • Early Breast Cancer Trialists’ Collaborative Group (EBCTCG), Davies C, Godwin J, Gray R, Clarke M, Cutter D, Darby S, McGale P, Pan HC, Taylor C, Wang YC, Dowsett M, Ingle J, Peto R. Relevance of breast cancer hormone receptors and other factors to the efficacy of adjuvant tamoxifen: patient-level meta-analysis of randomised trials. Lancet. 2011 Aug 27;378(9793):771-84.
  • Early Breast Cancer Trialists’ Collaborative Group (EBCTCG). Aromatase inhibitors versus tamoxifen in early breast cancer: patient-level meta-analysis of the randomised trials. Lancet. 2015 Oct 3;386(10001):1341-1352.
  • Garreau JR, Delamelena T, Walts D, Karamlou K, Johnson N. Side effects of aromatase inhibitors versus tamoxifen: the patients’ perspective. Am J Surg. 2006 Oct;192(4):496-8.