Autora: Dra. MJ Gibert.
Fecha de actualización: 15/6/22.
Fechas de versiones previas: 17/4/21.
La cirugía oncológica mamaria hace que la mama enferma pierda volumen y exhiba cicatrices. Es algo que no nos importa, al menos al principio, tras el impacto inicial del diagnóstico. Por suerte, gracias a los muchos tratamientos e innovaciones en el cáncer de mama, lo más habitual es que nos curemos. Una vez pasada la tempestad, nos quedan aquellas marcas y asimetrías que muchas entienden como el peaje pagado por la curación. Si te han tenido que hacer una mastectomía (extirpación de la mama), tienes que usar una prótesis de silicona externa para mantener la simetría vestida y para que los menos conocidos no indaguen sobre qué te ha pasado. Y si te han conservado la mama, pero el resultado estético no ha sido brillante, dejas de usar algunas prendas antaño habituales o recurres a rellenos del pecho caseros o a corseterías especializadas. Algunas pacientes tienen problemas de aceptación de su nueva imagen, lo que hace más pesada la carga de la enfermedad y erosiona la autoestima.
Estas situaciones han propiciado que los cirujanos de la mama más implicados no se preocupen sólo de extirpar el tumor, un margen alrededor de tejido sano y los ganglios axilares, sino también de dejar el pecho enfermo con la mejor apariencia posible. Ello se consigue con varios recursos:
- Realizando las cicatrices en los sitios menos visibles (alrededor de la areola, en la axila (detrás del músculo pectoral), en la parte anterolateral del tórax o en el surco submamario. Es importante evitar cicatrices en la mama «social», o la parte de la glándula que todas mostramos en alguna ocasión: el escote y la parte superior del pit, esto es, la que va de la clavícula hasta donde se puede mostrar. En la foto adjunta, os hemos dibujado con líneas punteadas marrones los lugares de las cicatrices menos visibles.
- Extirpando el tejido mamario justo y necesario, pues quitar tejido sano no sólo no mejora el pronóstico sino que deja más deformidad. En nuestro caso, la técnica ROLL es de gran ayuda por la economía en la extirpación de tejido, muy superior a la que se consigue con el tradicional arpón mamario.
- Remodelando el lecho quirúrgico con el tejido próximo al tumor, esto es, mover el tejido sano desde los lugares donde es más abundante a la zona donde se ha perdido.
- Extrayendo los ganglios axilares y el tumor por la misma incisión, si es posible.
Este tipo de cirugías dan un resultado óptimo si el tumor no es demasiado grande (idealmente, 2 cm de diámetro o menos) y la mama es algo voluminosa.
Remodelar el lecho tumoral y disimular las cicatrices en los pliegues de la piel mejoran la autoestima de la mujer y le ayudan a encarar mejor la enfermedad
Si pronosticamos que la estrategia anterior va a dejar una deformidad inaceptable, lo mejor es recurrir a técnicas de cirugía plástica u oncoplastia, pero os lo explicaremos en otro post.
Lo que os queremos trasladar es que cada mujer, según edad, estado de salud, expectativas y la forma de su pecho será tributaria de una cirugía personalizada y consensuada con ella.
Una táctica muy útil es considerar los segmentos de la mama o zonas con distinta dotación de tejido y líneas de tensión, lo que hay que tener en cuenta para no dejar zonas de piel pegadas al tórax y para orientar bien las incisiones. Son 8 áreas que os mostramos en las foto adjunta. Podéis comprobar que el segmento VII no sale, por estar en el surco submamario, zona que no se ve al momento, a poco caído que tengamos el pecho.
Nuestra divisa es cuidar el aspecto final del pecho operado con los artificios que las últimas tendencias quirúrgicas ponen a nuestra disposición. Si padeces un cáncer de mama, siempre encontramos la mejor alternativa que aúne la extirpación completa del tumor con unos resultados estéticos incluso mejores que antes de padecer este cáncer.
FONTS DE LA INFORMACIÓ:
- Fundación Española de Senología y Patología Mamaria. Manual de Práctica Clínica en Senología 2019. 4ª edición.