DRA. GIBERT

PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES: lo que es, pros y contras

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La prevención, tal y como se plantea en Medicina, es anticiparse a una enfermedad frecuente y de consecuencias graves. Su finalidad es que la población viva más y con más salud.

Fundamentalmente, se habla de prevención primaria y de secundaria. La prevención primaria consiste en modificar los hábitos poco saludables, mientras que la secundaria se orienta a la detección precoz (programas de screening o cribado). Nos referiremos a partir de ahora al screening o cribado de enfermedades, pues es lo que suscita más dudas entre las mujeres que acuden a la consulta.

Es evidente que no tiene ningún sentido cribar problemas de salud raros o excepcionales, pues mucha gente debería someterse a pruebas preventivas para no encontrar a casi nadie enfermo. Además, preocuparíamos de forma injustificada a aquellas personas en las que el test preventivo fuera un falso positivo, dado que deberían someterse a pruebas médicas más complejas que las puramente preventivas para averiguar si definitivamente están o no enfermas. Tampoco tiene sentido diagnosticar precozmente enfermedades leves, pues gastaríamos el dinero y el tiempo de los pacientes sin alargarles la vida.

Los programas preventivos se realizan en aquellas edades en los que el problema de salud es más frecuente, y se acaban cuando nuestra esperanza de vida es de una década o inferior, puesto que se considera que la detección precoz de la enfermedad no causará una gran supervivencia.

Lamentablemente, en Medicina más prevención no es siempre mejor. Los medios de comunicación han fomentado la creencia popular de que en sanidad pública se vive en un entorno de ahorro permanente, de que no se gasta ni en lo necesario; al contrario, la percepción del usuario de la sanidad privada es que tiene una «tarifa plana» que legitima su acceso a todo tipo de pruebas y que lo adecuado, visto que paga por ello, es utilizarlo. Como en muchas ocasiones, la virtud está en el término medio. ¿Por qué? La respuesta es simple: las medidas preventivas tienen sus beneficios, pero también sus riesgos.

Empecemos por los riesgos: el cribado del cáncer detecta cánceres «de verdad», esto es, aquéllos que si no se hubieran encontrado, hubieran crecido hasta aniquilar al paciente, pero también es cierto que encuentra algunos «cánceres» que de haber pasado desapercibidos, ni hubieran crecido, ni hubieran afectado en modo alguno ni la cantidad ni la calidad de vida del paciente. El precio de un «cáncer» detectado innecesariamente (se llama también sobrediagnóstico o diagnóstico excesivo) es muy alto: cirugía a veces con radio y/o quimioterapia, más el estigma de haber padecido un cáncer de por vida. Otro inconveniente son los falsos positivos, tal es el caso de aquellas lesiones mamarias sospechosas detectadas por mamografía y con diagnóstico de biopsia ambulatoria no concluyente que obliga a hacer una biopsia en quirófano y con anestesia general. Las pacientes se sienten muy aliviadas cuando al final la lesión es benigna, pero lo mejor que les podría haber pasado es que no les hubieran encontrado jamás aquella «lesión sospechosa».

Evidentemente, algunas maniobras preventivas tienen ventajas, y éstas se valoran mediante la disminución de la mortalidad causada por la enfermedad, y atribuida a la prevención, en un conjunto grande de personas. Insisto en que las medidas preventivas buenas son las que disminuyen la mortalidad y no las que sólo aumentan la supervivencia. Como es lógico, todos los diagnósticos precoces aumentan la supervivencia de enfermedades concretas, al menos el tiempo en que la enfermedad pasa de ser tan pequeña a tan grande, que ya no tiene sentido anticipación ninguna, pues el mal está ahí, evidente, causando síntomas y entorpeciendo nuestra rutina cotidiana.

Según lo explicado anteriormente, se deduce que las mejores maniobras preventivas son aquéllas que disminuyen la mortalidad causada por enfermedades frecuentes y graves y, además, causan un sobrediagnóstico escaso. No todas las maniobras publicitadas cumplen estos requisitos, así, la Comisión Europea ha aceptado el cribado de cáncer sólo para tres localizaciones: mama, cérvix y colorrectal.

Varias organizaciones de financiación pública y, por tanto, sin ánimo de lucro, orientan a los gobernantes e informan a los profesionales y al público sobre aquellos métodos preventivos mejores (PAPPS en España, NICE en el Reino Unido, el U.S. Preventive Services Taskforce en los EE.UU. o el Canadian Taskforce on Preventive Healthcare de Canadá). Es evidente que la opinión fundamentada de estas organizaciones es mucho más de fiar que lo que puedan decir anuncios de clínicas o «consejos preventivos» publicados bajo el patrocinio de fabricantes de aparataje médico.

 

 

Fuentes de la información:

  • Alvarado M, Ozanne E, Esserman L. Overdiagnosis and Overtreatment of Breast Cancer. Am Soc Clin Oncol Educ Book. 2012;32:e40-e45.
  • Fisterra. Actividades preventivas. Fecha de la última revisión: 12/09/2013 [acceso 8-1-14]. Disponible en: http://www.fisterra.com.
  • Gigerenzer G, Wegwarth O. Five year survival rates can mislead. BMJ. 2013;346:f548.
  • Unión Europea. Recomendación del Consejo, de 2 de diciembre de 2003, sobre el cribado del cáncer [Diario Oficial L 327 de 16.12.2003]. [acceso 8-1-14]. Disponible en: http://europa.eu/legislation_summaries/public_health/health_determinants_environment/c11505d_es.htm.