DRA. GIBERT

FERTILIDAD HUMANA: ¡conseguir un embarazo no es siempre tan rápido!

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La incorporación de la mujer al trabajo, el aumento de nuestra esperanza de vida y, lamentablemente, la crisis económica han contribuido a posponer la edad en la que las parejas se plantean tener hijos. En nuestra sociedad, es raro que mujeres de veintitantos años piensen ser madres a corto plazo y a los treinta y pocos, muchas aún se sienten “jóvenes” o con “muchos proyectos para realizar” antes de decidirse por la maternidad.

Sin embargo, una vez que las parejas han madurado la decisión de ser padres, el tiempo parece correr a una velocidad mucho más rápida, y se espera conseguir el ya deseado embarazo en unos pocos meses, y si ello no ocurre enseguida aparecen la impaciencia y la desazón. No está de más saber que la especie humana es de bajo potencial reproductivo, pues nada tenemos que ver con otros mamíferos que se reproducen frecuentemente y, además, alumbran varios hijos en un solo parto. De hecho, la fecundidad mensual máxima teórica de pareja de menos de 30 años es de un 30%. Ello no debe interpretarse como que en 3-4 meses las parejas más jóvenes y fértiles quedarán embarazadas, ni mucho menos. Si hacemos una simulación teórica con una hoja de cálculo (recurriendo a la teoría de la probabilidad que algunos recordarán de su enseñanza secundaria), a los 6 meses de relaciones sin protección quedarán embarazadas el 88% de las mujeres ((0,3) + (0,7*0,3) + (1-0,3-0,21) *0,3 + … = 88%), a los 18 meses el 99,8% y el 100% se alcanzaría, según las matemáticas, a los 54 meses. Pero todos sabemos que una cosa es la teoría y otra la práctica, y que los rendimientos en la realidad cotidiana suelen ser algo inferiores (un mes tenemos mucho trabajo y menos relaciones, otro mes tenemos fiebre, algunos fuman tabaco o marihuana y otros beben alcohol el fin de semana, todas ellas situaciones que disminuyen notablemente la calidad del semen y, además, no todos somos ni tan jóvenes, ni tan fértiles…).

Las cifras prácticas que con más frecuencia se manejan apuntan a que el 84% de las parejas de la población general consiguen la gestación en el primer año y el 92% en los dos primeros. Estas proporciones disminuyen con el envejecimiento de las mujeres y viceversa. Ello no significa que la edad de los hombres no importe, pues la calidad del semen disminuye con la edad, aunque el cambio es mucho más paulatino que en las féminas. Esta diferencia entre la capacidad reproductiva de los dos sexos es bien lógica: el papel de la mujer en la reproducción es mucho más “intenso” que el del hombre, pues debemos estar preparadas para aguantar 9 meses de gestación, lo cual es una sobrecarga para los órganos de todo nuestro cuerpo: corazón, pulmones, páncreas, huesos, articulaciones, etc. Entonces, hay que estar fuerte y sana para soportar tal envite. Y ya sabemos todos que con la edad las posibilidades de enfermar aumentan y las fuerzas disminuyen…

La fertilidad femenina comienza a bajar rápidamente después de los 35 años, y esto queda claramente demostrado en la figura que acompaña esta página. El porcentaje de embarazos se refiere a la proporción de mujeres que intentan quedar embarazadas y lo logran en el curso de un año. Es importante conocer estos datos al posponer la edad de nuestra primera o sucesivas maternidades, pues un primer embarazo puede costarnos relativamente poco tiempo y el siguiente (si hemos rebasado ampliamente la treintena) demorarse mucho o no llegar. Otro dato que tenemos que considerar es la edad de la menopausia de nuestras madres, abuelas y hermanas mayores, puesto que si tuvieron la menopausia antes de los 40 años, nosotras tenemos hasta ¼ de posibilidades de que también nos ocurra. La menopausia va precedida de unos años de fuerte disminución de la fertilidad, pero la buena noticia es que podemos predecir si estamos o no en este grupo de riesgo con un análisis de sangre.

Visto lo anterior, no hay que agobiarse, pero sí hay que ponerse “manos a la obra”, con relaciones cada 2-3 días (si son más frecuentes, la calidad del semen empeora) y no hace falta comprar los tests de ovulación que se venden en farmacias, pues la ansiedad aumenta y no mejoran sustancialmente nuestras probabilidades de embarazo.

Si tras un año de relaciones regulares y sin protección no se consigue la gestación hay que consultar. En algunos casos puede adelantarse la consulta a los 6 meses si:

  • La mujer tiene reglas irregulares, no tiene la regla, ha sufrido operaciones en sus genitales internos, ha tenido peritonitis, padece endometriosis o tiene 36 años o más.
  • El hombre ha tenido alguna enfermedad urológica o genital.
  • Alguno de los dos ha tenido alguna enfermedad de transmisión sexual o cualquier enfermedad grave.

 

 

Fuentes de la información:

  • Akre O, Cnattingius S, Bergström R, Kvist U, Trichopoulos D, Ekbom A. Human fertility does not decline: evidence from Sweden. Fertil Steril. 1999;71:1066-9.
  • Bruna Catalán I, Collado Ramos O, Prados Mondéjar F, Pérez-Bermejo G. El estudio básico de esterilidad desde el punto de vista de la medicina basada en evidencia. Revista Iberoamericana de Fertilidad 2007;24:145-50.
  • National Institute for Clinical Excellence. Fertility: assessment and treatment for people with fertility problems. February, 2013. [acceso 5-11-13]. Disponible en: http://guidance.nice.org.uk/CG156.
  • Remohí J, Romero JL, Pellicer A, Simón C, Navarro J. Manual práctico de esterilidad y reproducción humana. 2ª ed. Madrid: McGraw-Hill Interamericana; 2002.