DRA. GIBERT

SEXO DE MIS FUTUROS HIJOS: ¿lo puedo elegir?

Autora: Dra. MJ Gibert.
Fecha de actualitzación: 10-8-19.

Algunos futuros padres nos han preguntado en la consulta si podrían hacer algo para concebir un hijo de un sexo determinado. En general, nos demandan métodos ni demasiado engorrosos, ni demasiado caros. Los padres primerizos, sobre todo si tienen muchos sobrinos del mismo sexo, pueden preferir que su futuro hijo sea del sexo contrario; los que planifican tener dos hijos pueden desear «la parejita»; mientras que los que van a tener familia numerosa, y ya tienen dos hijos del mismo sexo, pueden anhelar que su tercer hijo sea del sexo que no tienen en casa.
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Y lo que realmente funciona, 99,9% de aciertos, es hacer una fecundación in vitro, biopsiar una célula de cada uno de los embriones generados y estudiar los cromosomas con la idea de saber cuáles embriones son masculinos y cuáles femeninos. Esto es el diagnóstico genético preimplantacional, que es caro, molesto y genera también embriones del sexo no deseado que, no pocas veces, han de desecharse.
Por ello, la Ley 14/2006 sobre técnicas de reproducción humana asistida considera que «la selección del sexo con fines no terapéuticos o terapéuticos no autorizados» es una infracción muy grave, o sea, no ha de perderse ni un minuto en buscar estos servicios en España. De hecho, el diagnóstico genético preimplantacional sólo se considera para evitar enfermedades cromosómicas o genéticas a la descendencia, o bien a generar un hijo que pueda ayudar a su hermano mayor a superar una enfermedad grave, no susceptible de ser manejada con otros tratamientos (“bebés medicamento”). Al contrario, en otros países esto es un gran negocio: Estados Unidos, México, India y otros países asiáticos. En Europa, se realiza en Albania, Armenia, Azerbayán y Georgia, donde nacen 112 niños por cada 100 niñas, cuando lo natural es que nazcan 106 niños por cada 100 niñas, tal y como ocurre en nuestro país. Y es que, no nos engañemos, la selección de sexo es para obtener niños en la inmensa mayoría de los casos. De la misma forma que, recopilando información para este escrito, me he topado con una clínica de fertilidad de Estados Unidos que ofrece seleccionar el color de los ojos del futuro hijo y su web no te muestra ninguna foto de niños con los ojos marrones o negros, sólo de niños con grandes ojos azules o verdes. Y éste es el riesgo de los bebés a la carta: niños de ojos claros y, cuando se pueda, rubios, de piel blanca… ya me entendéis.

Como os decía, nacen en todo el mundo más niños que niñas, porque la naturaleza es sabia y tiende al equilibrio. Los niños aguantan peor la prematuridad que las niñas y tienen más probabilidad de morir que ellas, ya sea porque les gusta más el riesgo, fuman, beben y se drogan más, etc. mientras que la mortalidad de las mujeres, intrínsecamente más tranquilas, ha bajado al mejorar la atención sanitaria durante el embarazo y el parto. Así, según vamos envejeciendo, el número de hombres y mujeres tiende a igualarse. A los 55 años, ya hay tantos hombres como mujeres mientras que, a los 90, las mujeres doblan a los hombres.

Llegados aquí, entiendo que la mayoría de los lectores no va a considerar el diagnóstico genético preimplantacional para seleccionar el sexo de su futuro hijo, sino que, en todo caso, se decantará por otros métodos más sencillos, aunque sean menos efectivos, por aquello de «si suena la flauta».

He buscado por Internet y hay unos pocos libros en castellano, uno de la Dra. Adriana Baretta y otro del Dr. François Papa que recomiendan una serie de cambios en la dieta para favorecer la concepción de un hijo de un sexo u  otro. Por desgracia, el Dr. Papa sólo consiguió publicar un artículo en una revista científica sobre 58 mujeres que habían usado su método con resultados más bien pobres y la Dra. Baretta ni esto.

Como sabéis, el sexo de los hijos es determinado por los espermatozoides y no por los óvulos, por tanto, a partir de ahora hablaremos de espermatozoides Y, que generan niños, y de espermatozoides X, que producen niñas. Los espermatozoides Y son más ligeros, más rápidos y también más frágiles en entornos ácidos y calurosos, justo al contrario que los X, que son lentos, pero resistentes, lo que les permite vivir más tiempo. Estos conceptos se han tenido en cuenta para idear los métodos que siguen, cuya eficacia, repito, está insuficientemente probada, pero que podéis utilizar por si acaso:

  1. Método de Shettles: como el flujo vaginal es ácido todo el mes, salvo cerca de la ovulación, si tenemos relaciones cerca de la ovulación, los espermatozoides entran en contacto con un flujo vaginal propicio para los espermatozoides masculinos, mientras que si las tenemos 2-3 días antes, cuando el flujo es más ácido, el ambiente será hostil para los espermatozoides Y y la probabilidad de concebir una niña aumenta. Entonces, si queremos concebir un niño debemos tener relaciones sexuales muy cerca de la ovulación, los hombres deben evitar ropas ceñidas y calor excesivo, y la penetración debe ser profunda, cerca del cuello uterino, pues el moco cervical es menos agresivo para los espermatozoides masculinos que el flujo vaginal. El Dr. Shettles afirma que su método consigue un 80% de niños, y un 75% de niñas, si se hace lo contrario a lo explicado. Otros compañeros médicos lo han probado y no han podido reproducir sus resultados.
  2. Método de Whelan: recomienda tiempos un poco distintos, o sea, si deseamos concebir un niño debemos tener relaciones 4-6 días antes de la ovulación y, si deseamos una niña, pues 2-3 días antes… Desconcertante, en definitiva.
  3. Método de ovulación de Billings: el moco cervical, a medida que nos acercamos a la ovulación, se parece cada vez más a la clara de huevo, es más filante. Como los espermatozoides Y son más rápidos, si tenemos relaciones el día de la máxima filancia, es más probable que concibamos un hijo, pues las condiciones de este día favorecen a los espermatozoides más veloces. Se dice que este método tiene una tasa de éxito del 95%.
  4. Intervenciones dietéticas preconcepcionales: los alimentos que favorecen un flujo ácido y, por tanto, las niñas son los ricos en calcio, magnesio y bajos en sodio y potasio, tal es el caso del pescado, los lácteos y los vegetales de hoja verde. Si queremos tener un flujo más alcalino, hay que tomar alimentos ricos en sodio y potasio, a saber, alimentos salados (la sal es cloruro de sodio), plátanos (ricos en potasio) y ricos en proteínas (carne y huevos). Se ha informado de un 81% de niñas concebidas después de seguir este método.
  5. Smart stork: programa ideado y comercializado en EE.UU. que se basa también en la idea de que el entorno ácido es mejor para los espermatozoides femeninos y el alcalino para los masculinos. Eso sí, ya no hablan de flujo, sino de líquido folicular, esto es, el que rodea el óvulo mientras espera ser fecundado dentro de la trompa de Falopio. Tiene en cuenta los cambios normales que experimentamos las personas a lo largo de los días para predecir si este líquido será más ácido o más alcalino e insta al uso de dietas, tisanas y duchas vaginales para conseguir un entorno más ácido o más alcalino.
  6. GenSelect: afirman que son el único kit validado con un 96% de efectividad para la selección del género. Incluye recomendaciones dietéticas, tests de ovulación, duchas para ajustar la acidez vaginal, un termómetro, gráficas para el registro de la temperatura y dos surtidos de suplementos nutracéuticos (medicinas fabricadas con ingredientes naturales). De nuevo, un método del país donde los sueños se hacen realidad, EE.UU, y bastante caro, casi 400 € para un kit de 3 meses.
  7. Hierbas medicinales: son productos naturales que contienen fitoestrógenos y testosterona, amén de extractos de plantas comunes en la India, donde estos productos se suelen comercializar. Se cree que su consumo propicia la concepción de niños. Lamentablemente, su uso se ha visto enturbiado por la asociación entre su consumo y el nacimiento de niños con defectos congénitos y muertes fetales intraútero, pues se toman a las 2-4 semanas de la primera falta, cuando el embrión se está formando. Es el único método que se utiliza una vez la mujer sabe que ya está embarazada.

Y ahora pasamos a métodos que necesitan un laboratorio de por medio, pues manipulan el semen directamente, luego habrá que hacer inseminación artificial o fecundación in vitro con los espermatozoides seleccionados:

  • Método de Ericsson: consiste en la centrifugación del semen, los espermatozoides Y, al ser más ligeros, quedan en la superficie, mientras que los X, más pesados, quedan al fondo; de la misma manera que cuando éramos niños y hacíamos recorrer una trayectoria circular a un cubo de playa con agua y arena dentro, la arena, más pesada, quedaba bien al fondo, mientras que el agua, más ligera, pasaba a la superficie. Luego hay que seleccionar el semen de las capas más profundas si queremos concebir una hija, y el de las más superficiales si deseamos un hijo. El porcentaje de éxitos es del 75% si deseamos niña y del 86% si niño, según parece. Eso sí, cada intento cuesta sobre 2.000 €. También se dispone de modificaciones de los métodos de selección de semen habitualmente utilizados en las inseminaciones artificiales como el swim-up o los gradientes de Percoll y que también se pueden usar para intentar separar los espermatozoides X de los Y.
  • MicroSort: método que sólo se utiliza en Virginia, California y Chipre y consiste en teñir los espermatozoides con un tinte fluorescente que distingue los espermatozoides X de los Y. Han publicado que acierta en el 85% si queremos niño y sobre 93% si niña.
  • Test en orina (Urobiologics PreGender Test): programa de Estados Unidos que incluye un estudio sobre una muestra de orina de la mujer recogida en la mitad del ciclo menstrual. Se basa en que en los ciclos hay variaciones de la concentración de estrógenos y de testosterona y, según sean éstas, hay más probabilidades de parir un hijo o una hija. No he encontrado artículos en revistas científicas al uso donde se muestren los resultados.

De cualquier modo, el mejor es el diagnóstico genético preimplantacional, por llegar casi al 100% de aciertos, aunque sus peculiaridades e inconvenientes ya os los hemos explicado.

En definitiva, muchas líneas para comunicaros que sólo los métodos que pasan por laboratorio pueden ser eficaces y que no hay ninguno de uso doméstico que sea de gran utilidad, pero si los queréis probar, adelante, ya nos contaréis cómo os ha ido.

Fuentes de la información:

Rai P, Ganguli A, Balachandran S, Gupta R, Neogi SB. Global sex selection techniques for family planning: a narrative review. J Reprod Infant Psychol. 2018;36:548-560.