DRA. GIBERT

Endometriosis: cuando el sexo duele y es insatisfactorio

14 mayo, 2013

Más de un millón de mujeres en España tiene endometriosis pero en cambio, poco se sabe de ella. A nivel mundial, se estima que la padecen entre un 10%-15% de las mujeres y es una de las principales causas de infertilidad: entre el 20% y 40% de las mujeres con esta enfermedad tiene subferfertilidad, es decir, les cuesta quedarse embarazadas. Además, de los muchos síntomas que conlleva que esta enfermedad crónica (dolor durante la menstruación, dolor pélvico o lumbago, defecaciones dolorosas, calambres…) trae dificultades también en el terreno sexual: «El sexo, a veces, duele y como consecuencia, es insatisfactorio», asegura a ELMUNDO.es Mª Dolores Gómez Roig, jefa de servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Sant Joan de Deu de Barcelona.

Existen dos tipos de endometriosis: la superficial y la profunda (puede afectar a más vísceras del cuerpo, no sólo las ginecológicas), y es esta segunda la que suele desencadenar dificultades de este tipo, tal como lo revela un estudio publicado en el último número de la revista ‘The Journal Sexual of Medicine’ y liderado por el investigador Renato Seracchioli, del departamento de ginecología del Hospital S.Orsola, en Bolonia (Italia).

La investigación evaluó a 182 mujeres con diagnóstico de DIE -endometriosis profunda, por su traducción en inglés- de un mismo centro hospitalario desde el año 2008 hasta 2010, y observaron, tal como rezan sus conclusiones, una alteración de su respuesta sexual. «Las mujeres con DIE tienen un deterioro en su función sexual que va unido a un descenso de su calidad de vida en general, además de la presencia de dispareunia (dolor en el coito) y otros síntomas vaginales».

Problemas sexuales

La característica principal en los dos tipos de endometriosis, expone Gómez Roig, es el dolor. Un dolor que además se clasifica e intensifica, según explica, de la siguiente forma: «En un 75%, aparece durante la menstruación, un 70% de los casos se trata de dolor pélvico y un 40% se trata de un dolor intenso durante el coito«. Pero sobre todo, la endometriosis que más dolor produce con las relaciones y con mayor frecuencia, es aquella en la que hay afectación del tabique recto-vaginal. «La endometriosis puede afectar a muchas zonas, pero es ésta, la que afecta directamente en la vagina, la que más dolor causa», matiza la experta.

Además del dolor, también puede haber disminución o pérdida del deseo. Lo más frecuente es que la mujer tenga dolor y, como consecuencia de éste, insatisfacción sexual, algo que puede incidir negativamente en la pareja, «por ello en ocasiones existe la pérdida de deseo«. Eso sí, «la disminución del deseo no la genera la endometriosis en sí sino que se debe a aspectos psicológicos o por los tratamientos», aclara la experta.

A día de hoy, hay tres tratamientos para esta enfermedad: un médico, consistente en la administración de analgésicos y antiinflamatorios. La segunda opción, si el primero no funciona, es un tratamiento hormonal -«anticonceptivos orales o de otro tipo porque son igualmente efectivos»-, y una tercera solución terapéutica sería el bloqueo médico hormonal, o lo que es mismo, causar un estado menopáusico artificial.

«La última opción de todas es la intervención quirúrgica para eliminar quistes de un tamaño superior a cuatro centímetros, pero se debe evitar la operación, en la medida de lo posible, ya que ésta no será definitiva, pues estamos hablando en todo momento de una enfermedad crónica», recuerda.

Incomprensión y frustración

La endometriosis, asegura por su parte Alex Borrás, vicepresidente de la Asociación Española de Endometriosis (AEE) no tiene cura, es crònica pero no mata. «Se necesitan mucha más investigación», se lamenta, ya que se invierten muy pocos recursos en ella y es una enfermedad que afecta a más de un millón de mujeres en España, «tendría que tener mucha más repercusión», insiste.

La frustración y la incomprensión son los síntomas psicológicos principales de quienes la sufren. «Se creen que los dolores en la menstruación son normales y los tiene mucha gente, cosa que creen en parte porque su propio ginecólogo se lo dice, cuando esos dolores puede que no sean normales y sean signos de una endometriosis», mantiene. Estas pacientes se sienten incomprendidas y frustradas porque nadie les entiende e «incluso llegan a sentirse culpables y muchas de ellas acaban tomando antidepresivos», advierte.

Del mismo modo, lo hace Gómez Roig, quien mantiene que «el 40%-50% de las pacientes que tienen dolor pélvico, tiene endometriosis». Es muy importante, por ello, que todas las mujeres que tengan dolor -del tipo de sea- vayan a su ginecólogo para que les haga el mejor diagnóstico, y sobre todo, les trate el dolor. «No hay que infravalorar el dolor, la mujer tiene que consultarlo con su médico para mejorar su condición, así como su calidad de vida», insiste. Además, quiere dejar claro que las pruebas para el diagnóstico son muy fáciles de hacer y poco costosas: «una ecografía ginecológica y, en ocasiones, una resonancia».

Fuente: El Mundo