Autora: Dra. MJ Gibert.
Fecha de actualización: 21-8-21.
Las mamás están muy preocupadas durante su primera lactancia. Temen no tener leche suficiente o no reconocer si su bebé no se alimenta bien. Además, suelen ignorar hasta qué punto es normal que el recién nacido descanse o cuánto peso puede perder sin que se considere anormal.
Entonces, empecemos por el minuto 0. Nada más nacer, el contacto piel con piel ayuda mucho a la lactancia, entonces, que la madre y su hijo se separen lo menos posible es fundamental.
Los bebés suelen estar muy activos en las dos primeras horas postparto y es en esta primera fase cuando husmean y reptan espontáneamente hacia el pecho. Incluso en una posición no muy cómoda, esto es, con la madre tumbada boca arriba sobre la cama de partos y el bebé boca abajo sobre ella, éste consigue con frecuencia engancharse al pecho e, incluso, su primera toma.
Después, pasan a una fase de sueño que dura entre 8 y 12 horas. Ello se interpreta como cansancio y recuperación del esfuerzo del parto. Cualquier intento de dar pecho es frustrante, ya que el bebé está muy dormido y, o bien, no conseguimos que se enganche al pecho o, si se engancha, se desprende poco después. En esta tesitura, lo mejor que podemos hacer es dejarlo en contacto piel con piel, sea con el padre, sea con la madre, y el bebé ya pedirá pecho, si es que lo necesita. Este período de reposo suele incluir la primera noche postparto. Durante este primer descanso, conviene que la madre se «sincronice» con el bebé y haga lo mismo, puesto que después vienen las tomas frecuentes: 8, 10, 12 e incluso más por día, tanto con sol como con luna. ¿No se movía más vuestro bebé dentro de vosotras entre las 10 de la noche y las 3 horas de la madrugada? Pues seguimos igual, sólo que el bebé está fuera y reclama nuestra atención activamente. Aunque puede que la primera noche fuera pacífica, la segunda suele ser muy “intensa”. Como no hay regla sin excepción, unos pocos bebés siguen muy adormilados transcurridas las 12 primeras horas. En eso, si no los hemos tenido en contacto piel con piel, ahora es el momento e incluso tendremos que espabilarlos de forma amable: cambiarles la ropa, masajearles suavemente la espalda o la planta de los pies.
Los neonatos tienen una fase de sueño de unas 12 horas de duración el primer día de vida
Nuestro trabajo en esos primeros días es estar atentos a las primeras señales de hambre del bebé: se pone las manos en la boca, chupa, nos muestra la lengua, está algo inquieto… Es el momento de ofrecerle el pecho y, si esperamos más, el bebé empieza a llorar y es más difícil que se enganche. Si no lo hace, hay que mecerlo, calmarlo y, luego, sí, seguro que acepta el pecho.
Los criterios que se enumeran a continuación nos pueden servir de referencia:
EVOLUCIÓN ADECUADA DEL PESO
Se resume en unas pocas reglas:
SIGNOS DE ALERTA
Debemos comunicar al personal sanitario que nos atiende lo que sigue:
EXCRETAS (ORINA Y HECES)
Al cuarto día se esperan 6 micciones y 3 deposiciones diarias o más; algunos lactantes tienen una deposición después de cada toma. El primer día se expulsa meconio, deposición verdosa y muy gomosa, al tercer día las heces amarillean y al cuarto son totalmente amarillas, muy blandas, casi líquidas, aunque no las debemos confundir con diarrea.
LA SUBIDA DE LA LECHE
Tiene lugar al tercero o cuarto día postparto y, como las parturientas suelen estar dos días ingresadas si el parto ha sido vaginal y tres si ha sido cesárea, pues prácticamente todas os vais a casa sin la subida. Se nota como una congestión mamaria, un aumento del tamaño de los pechos que tienen bultos de forma difusa y empiezan a pesarnos, nos damos la vuelta en la cama y parece que los vamos a perder. Es el momento de usar el sujetador, si es que aún no lo llevas puesto, pues nos da un plus de comodidad. La hinchazón no se debe al acúmulo de leche, sino a un aumento importante de riego sanguíneo en los pechos, lo que causa calor y endurecimiento mamario. Damos el pecho y siguen turgentes, pues la sangre sigue ahí, en cambio, a partir de los 7-10 días, esta congestión desaparece y cuando el pecho está turgente es porque se llena de leche. Es entonces cuando, una vez concluida la toma, el pecho se ablanda como resultado de la transferencia de leche al bebé.
LA SECRECIÓN MAMARIA: DEL CALOSTRO A LA LECHE MADURA
Antes de la subida de la leche, las mamas producen calostro, mientras que, a partir de la subida, la leche se llama de transición y, al mes de vida, leche madura.
Como hablamos de los primeros días, nos centraremos en el calostro, que es un líquido amarillento y denso, cuyo volumen aumenta progresivamente de acuerdo con la expansión del estómago del bebé.
Así, durante el primer día producimos una cucharada y media de café por toma (8 ml), y llegamos a dos cucharadas soperas y media (38 ml) en el tercer día de vida. Su composición es peculiar: más proteínas y minerales que la leche, pero menos grasas y azúcares. En definitiva, es el alimento ideal para los primeros días, puesto que los riñones inmaduros del recién nacido no están preparados para una gran avalancha de líquidos, además, actúa como «laxante» del meconio, lo que reduce la posibilidad de ictericia (piel amarilla). Contiene, además, enzimas digestivas que ayudan a la asimilación de los nutrientes. Su protección contra las infecciones procede de los anticuerpos que porta, sobre todo inmunoglobulina del tipo A, que tapizan el tubo digestivo del nacido por dentro, evitando la adherencia de los microbios dañinos y facilitando la colonización del intestino por el beneficioso Lactobacillus bifidus.
EL CHUPETE
Es mejor retrasar su uso hasta después de cumplido el primer mes y, en todo caso, no introducirlo antes de los 10-15 días de vida, esto es, hasta que la lactancia materna esté bien establecida. En otro artículo de nuestra web os lo explicamos mejor
FUENTES DE LA INFORMACIÓN: