DRA. GIBERT

LA LISTERIOSIS DURANTE EL EMBARAZO: ¿cómo la podemos prevenir?

Autora: Dra. MJ Gibert.
Fecha de actualización: 26/8/18. 

¿Qué es la listeriosis?

La Listeria monocytogenes es una bacteria que puede causar la listeriosis, una infección tan grave como infrecuente.
A lo largo de mi práctica profesional, he participado en la atención de unos pocos casos en colaboración con mis compañeros, y en el parto de una mujer infectada. Lo recuerdo vívidamente, aunque han pasado unos 20 años. Ella estaba embarazada de unas 30 y pocas semanas, tenía fiebre muy alta y no conseguíamos encontrar el latido fetal. Tenía contracciones y la atendí en el parto de su hijo muerto. Le administramos antitérmicos, remitimos muestras para hacer cultivos en sangre y en placenta, iniciamos tratamiento antibiótico y se confirmó la sospecha de listeriosis. Fue el único caso de su entorno próximo, no llegamos a saber, a ciencia cierta, cómo se infectó.
Por tanto, esta enfermedad puede afectar a las embarazadas y, sobre todo, a los no nacidos y a los bebés. Aparte de ser una enfermedad que cursa con gran mortalidad, puede dejar secuelas muy graves si se sobrevive a la enfermedad. Un caso muy conocido en nuestro país es el del hijo de Bertín Osborne y Fabiola Martínez.

¿Por qué sigue habiendo casos de listeriosis?

Porque se puede encontrar en todo tipo de alimentos, sean vegetales, carne o pescado y porque resiste un intervalo amplio de temperaturas. Os lo explico: si bien crece a sus anchas en temperaturas próximas a la corporal (30-37ºC), puede proliferar dentro de las neveras (que están normalmente a 4ºC) y, aunque no crece en congelación, puede sobrevivir muchos meses a temperaturas polares. La buena noticia es que desaparece con el calor, pero a partir de 50-70ºC.

Otro problema, propio de todas las bacterias y no específico de la Listeria, es la formación de biofilms o biopelículas. Las biopelículas no son nada más que el moco o baba que se crea en cualquier superficie donde hay restos de alimentos y agua (trapos de cocina, superficies de alimentos, grietas, juntas, piedras, vidrio, acero inoxidable…). Estas películas permiten la supervivencia de muchas bacterias y no se consiguen eliminar a no ser que se las frote bien y/o se usen productos químicos.

¿Cuándo sospecharé que padezco listerioris?

La sospecha surge sólo en los casos graves (listeriosis invasiva), esto es, la listeria pasa a la sangre (septicemia) o al cerebro (meningitis y/o encefalitis). Los síntomas son similares a la gripe y la fiebre es alta. Suele afectar a gente mayor, o con enfermedades debilitantes crónicas y a las embarazadas.

La gestación aumenta por 10 las posibilidades de contraer listeriosis con respecto a otros adultos sanos. Los concebidos pueden morir a consecuencia de la infección o nacer antes de tiempo e infectados. De hecho, la listeriosis invasiva causa la pérdida del embarazo en el 20% de los casos y la muerte del recién nacido en el 3%, amén del riesgo de secuelas, si se sobrevive.

Al contrario, si no perteneces a ninguno de los grupos de riesgo, no es muy probable que el contacto con la Listeria te perjudique demasiado y, como mucho, te va a causar diarrea y/o fiebre, de la misma forma que las causan otros microbios que se contagian por los alimentos. Incluso entre el 1% y el 10% de la población alberga Listeria monocytogenes en su intestino y, ¡ni lo sabe!

Es difícil saber cuándo se ingirió el alimento contaminado, pues su período de incubación oscila entre una semana y dos meses, por regla general. Las infecciones graves sospechosas de haber sido causadas por esta bacteria se confirman, o no, mediante cultivo de sangre, líquido cefalorraquídeo o de placenta.

La enfermedad se suele presentar sobre todo en forma de casos aislados y, minoritariamente, en forma de brotes de los que dan buena cuenta los medios de comunicación.

¿Qué alimentos son más propensos a la contaminación con Listeria monocytogenes?

La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades han dado a conocer su informe sobre la evolución y las fuentes de enfermedades de origen alimentario correspondiente a 2016. Sus conclusiones más destacadas sobre la contaminación por listeria de los alimentos listos para el consumo que se venden en establecimientos autorizados son:

– El nivel de no cumplimiento de las regulaciones para la seguridad de los alimentos de la Unión Europea en la tienda fue muy bajo (inferior al 1%).

– La categoría con más nivel de incumplimiento fue el pescado y sus productos derivados (ahumados, marinados, etc.) (0,7% de incumplimiento).

– Las estimaciones sobre la tendencia de la contaminación alimentaria por Listeria monocytogenes son claramente descendentes a lo largo de las últimas décadas.

– El aumento documentado de infecciones graves por Listeria en la Unión Europea no parece atribuible a las condiciones higiénicas de los alimentos listos para el consumo. Cabe, entonces, invocar otros factores como el manejo de los alimentos postadquisición y las condiciones de las personas expuestas a esta bacteria (mayores, inmunodeprimidos, embarazadas), entre otros. Se cree que el aumento de la población geriátrica europea (más de la mitad de los casos de listeriosis invasiva afectan a nuestros mayores, sobre todo si superan los 84 años) es, en buena parte, responsable del incremento de casos.

¿Cuántos casos hay en España? ¿Y en Illes Balears?

Hay que tener en cuenta que, hasta 2015, la Listeria no era de declaración obligatoria en España. Parece que la obligación notificación derivada de la nueva norma ha causado el ascenso de enfermos de los últimos años. Lo que es evidente es que la información más reciente y la que se obtenga en un futuro próximo reflejarán mucho mejor la realidad.

El Sistema de Información Microbiológica español (Instituto de Salud Carlos III, Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades) contiene toda la información oficial al respecto. Basándonos en esta fuente, hemos elaborado la siguiente tabla sobre el número de casos notificados de listeriosis grave:

Otra información relevante es que hay unos 20 casos anuales en toda España de mujeres en edad fértil.

¿Cómo la podemos prevenir?

Si habéis leído el punto anterior, igual pensáis que todo es una exageración, que las posibilidades de contraer la listeria son muy bajas. Evidentemente, os tengo que responder que estáis en lo cierto pero, por otra parte, a ninguna embarazada le hará ilusión alguna aparecer en la lista previa, sabiendo que la causa de lo que le ocurre es no haber tomado las precauciones necesarias. Además, las medidas para prevenir la listeria sirven también para evitar otras infecciones más frecuentes, aunque generalmente menos graves, que pueden tener más repercusiones si una está embarazada (ingresos hospitalarios, contracciones prematuras, bajas laborales…).

El mensaje positivo del punto anterior es que no hay que obsesionarse, esto es, si una ha vulnerado puntualmente las normas, lo más probable es que no haya ocurrido nada.

Nuestras recomendaciones son:

a) No consumir leche cruda (no pasteurizada), ni los quesos blandos que se hacen con leche cruda (no pasteurizada). La pasteurización consiste en aumentar la temperatura de los alimentos y enfriarlos rápidamente, con la finalidad de mantener o mejorar sus características organolépticas y, a la vez, reducir los microbios que producen enfermedades  y retrasar su fecha de caducidad. Entonces, me atrevo a decir que todos o casi todos los alimentos que se venden en establecimientos autorizados utilizan este tipo de leche. Aun con todo, busca en las etiquetas de los productos lácteos la inscripción «leche pasteurizada» o «leche UHT». En definitiva:

ES SEGURO COMER:

– Quesos duros como mahonés, manchego, Idiazábal, Roncal, parmesano, Cheddar, Gruyère, Emmental, Gouda, provolone… Tienen costra y son seguros aunque se elaboren con leche cruda (no pasteurizada).

Leche pasteurizada y los productos elaborados con ella, como requesón, crema de leche, nata, flan, yogur, helado, queso fresco, quesos blandos como el Brie, Camembert, quesos azules, feta, quesos mejicanos tipo Panela, queso crema, ricotta, cottage cheese, mozzarella y burrata.

NO ES SEGURO COMER:

– Leche no pasteurizada y los productos elaborados con la misma, que pueden ser los del punto inmediatamente anterior, que no sean quesos duros.

– Queso Cabrales, pues se elabora siempre con leche cruda.

b) Calentar fiambres, embutidos, salchichas, perritos calientes y sobras antes de comerlos, hasta que les salga vapor y toda la ración de carne esté uniformemente caliente. Como, a pesar del plato giratorio del horno microondas, no siempre la energía se reparte por igual (partes calientes y otras más frías en el mismo alimento), es aconsejable, durante la cocción, parar el microondas y remover los alimentos, de forma que todo el alimento desprenda vapor por igual.

c) Guardar las sobras en la nevera en de las 2 primeras horas de su preparación, dentro de recipientes con tapa. Si la temperatura es de 32ºC o más, los alimentos tienen que ir a la nevera antes de la hora. Si sobrepasamos estos intervalos, lo mejor es desechar la comida.

d) Consumir las sobras antes de que pasen 3 o 4 días y aplicar el punto b).

e) Usar termómetros para asegurar que la temperatura de la nevera sea de 4ºC o menos y la del congelador -18ºC o menos. Si durante el ciclo de descongelación automática, la temperatura del refrigerador es algo superior a 4ºC durante un breve período de tiempo, no hay problema.

f) Utiliza los alimentos perecederos listos para consumir lo antes posible.

g) Mantén la nevera en condiciones: limpiarla con regularidad, con agua caliente y detergente suave para vajilla, enjuagando después. Retira inmediatamente cualquier derrame de la nevera.

h) Una vez por semana verifica las fechas de caducidad de los alimentos y desecha los caducados.

i) Patés o pastas de carne para untar, mariscos ahumados no cocidos: los enlatados y que no necesitan refrigeración se pueden usar, a granel no.

j) No ingerir germinados crudos o poco cocidos (soja, alfalfa, trébol, rábano, guisantes, girasol, etc.), pues su desinfección sin cocción no es posible.

Si acudes a un restaurante o sigues indecisa tras consultar el etiquetado en las tiendas de alimentación, no dudes en solicitar la información que consideres oportuna para salvaguardar tu seguridad.

Un último consejo: desconfía de los alimentos elaborados en casas particulares pues lo habitual es que no hayan seguido los controles sanitarios exigidos a los alimentos que se venden en comercios autorizados.

Fuentes de la información:

Otras fuentes útiles de información:

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