La importancia de tomar yodo en cantidad suficiente reside en que es un elemento imprescindible para que nuestro cuerpo produzca hormonas tiroideas y éstas, a su vez, son necesarias durante toda la vida para una función normal de nuestro cerebro y sus conexiones.Afortunadamente, han pasado las épocas de déficit severo de yodo, pero en España sigue habiendo un déficit leve. Las consecuencias del mismo son un cociente intelectual (unos 13 puntos menos) y una agudeza auditiva inferiores en los niños que han tomado menos yodo frente a los que lo han tomado en cantidad suficiente desde su concepción.
La buena noticia es que conseguir que nuestra familia consuma la cantidad adecuada (que es muy poca, esto es, alrededor de 0,1 mg en niños, 0,15 mg en adultos y 0,25 mg diarios en embarazadas y madres lactantes) es muy, muy fácil, y consiste en lo siguiente:
Muchas pacientes me preguntan por qué tienen que seguir tomando yodo durante la lactancia, si ellas ya no están embarazadas y efectivamente con la sal de la dieta les basta. La respuesta es que si bien ya no lo necesitan, parte del yodo que ingieren pasa a la leche y de ahí al bebé. Si no lo toman en cantidad suficiente, su leche puede ser pobre en yodo.
Otro tema de preocupación son las contraindicaciones del yodo, a saber: el hipertiroidismo autoinmune (enfermedad de Graves) y el bocio. Asimismo, algunos compañeros endocrinólogos prefieren que no se prescriban suplementos de yodo a las mujeres que toman hormona tiroidea (Levothroid®, Dexnón® o Eutirox®) pues consideran que dificulta encontrar la dosis adecuada para cada momento del embarazo. Sin embargo, en este último caso, las pacientes deben estar especialmente tranquilas, pues el yodo es el “combustible” que utiliza el cuerpo para producir hormona tiroidea, y ellas ya la toman directamente, lo que redunda en los mismos beneficios para su hijo.
A raíz de lo explicado, uno puede creer que el yodo es bueno en cualquier cantidad, pero no, hay que usarlo en su justa medida y evitar tanto su falta como su exceso. Una situación que nos expone a demasiado yodo es el uso de antisépticos como la povidona yodada (Betadine® y similares), pues sólo 1 mL de yodo contiene 100 mg (¡lo que necesitaría una embarazada o madre lactante durante un año!!). El uso de estos antisépticos de forma esporádica no es un problema en adultos no gestantes, pero sí lo es en embarazadas y niños, ya que se traduce en un aporte excesivo de yodo a nuestro hijo que, al ser aún inmaduro, puede sufrir una falta de función súbita de su tiroides. Por tanto, es mejor usar como antiséptico el alcohol o la clorhexidina.
Un dato objetivo sobre la importancia del yodo es que en todas las estanterías de las tiendas en las que se vende sal, hay sal yodada sin coste adicional, sin embargo, a la mayoría de nosotros no nos constan campañas informativas sobre el tema… La razón es que el Gobierno Español apuró el plazo para aplicar las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para erradicar el déficit de yodo. En el último momento, en 2005, el Ministerio de Sanidad y Consumo empezó a promocionar el uso de yodo entre los profesionales sanitarios y suponemos que, por falta de presupuesto, confió gran parte de esta misión al único fabricante del medicamento que sólo contiene yodo, que es el Yoduk®. El motivo de que no se gastara el dinero de todos en un asunto de interés general ya es otra historia…
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